Se tironeo del rodete, le apretaba tanto el cabello que ya tenía dolor de cabeza.
Tenía una forma muy heteróclita y confusa de pensar y hasta de hablar.
En la solana ella leía con emoción acurrucada en el cómodo sillón y arropada por el sol.
Estaba empeñado en conocer esa doctrina apologética, debía saber la verdad.
Se aprovechaban siempre de su lisura y terminaban engañándola con mucha facilidad.
El cuerpo había sido hallado con una driza en el cuello, era un buen punto de partida para iniciar la investigación.
Para ellos era un concurso eso de esputar una y otra vez pero ciertamente era asqueroso.
Listo, a ver que tal están las próximas a conocer.
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