Era desesperante la forma que tenía de siempre hablar con circunloquios.
Restaño con fuerza, debía salvarla, si perdía más sangre moriría.
Era algo fáctico, no cabía duda alguna y tendría que creerle.
No sabía porque hacía una apología sobre ella pero era lindo de su parte.
Sujeto el petral con fuerza para detenerlo, y fue una suerte, podrían haberse matado si no frenaban.
Tenía una forma tan hábil y sutil de denostar que no había forma de defenderse de ella.
Le paso la ajada y se deleito con su aroma, ya deseaba probarla.
Listo esas fueron las de esta semana, espero les gusten y que al menos un par de ellas no las conocieran.
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