Casi todo aquel que ama los libros, ama su olor (yo me incluyo), ese aroma característico de estos amigos con letras, los huelen con gusto, pegan la nariz a las hojas de los libros y absorben queriendo llenar los pulmones con ese suculento aroma. Pero cuidado, el oler los libros y en especial los que ya son viejitos puede ser peligroso para la salud.
Ese olor proviene de ser un objeto de materia orgánica y gracias a la presencia de la lignina Es el polímero más abundante en el mundo vegetal, y por eso está presente en el papel. Cuando la lignina se oxida, vuelve amarillento el papel, pero también desprende más olor. A está se suman los compuestos químicos empleados en la confección del libro, como el pegamento o la tinta. Todo junto provee a los libros de ese característico aroma. El problema es que este olor tan amado también es el síntoma de que el libro se está destruyendo. Por que nos falta un ingrediente más para que los libros huelan, los hongos.
Muchas veces no son visibles, pero en muchos otros casos son muy notorios, y cuidado, absorber, al respirar o aspirar el olor de los libros, estas esporas o hongos en el sistema respiratorio puede causar serios problemas en los pulmones.
Todos sabemos que los libros padecen por la humedad y los hongos, pero pocas veces pensamos como nos afecta eso a nosotros, y mucho menos se nos dice, no huelas los libros, nadie comenta algo como que el olor de los libros es algo malo, pero la realidad es, que mientras más viejo y con olor sea el libro es más peligroso a la salud, de ahí que cuando se trabaja en bibliotecas y lugares con muchos libros, se busca erradicar la humedad y cuidar lo más que se pueda los libros, en parte para protegerlos y preservarlos para la posteridad, pero en parte porque inhalar las esporas de los hongos es dañino a la salud y no son problemas pequeños, pueden ser problemas muy graves como alveolitis, asma y varias más. Y no solo afectan al sistema respiratorio, también pueden provocar problemas en los ojos o en la piel. Los que trabajan con libros ya viejitos, que es un hecho que contienen hongos, los manipulan con guantes, con cubre bocas y tienen la mayor cantidad de cuidados para no inhalar las esporas.
Así que ojo, cuidado y aunque les arda el deseo de olor los libros con la nariz pegada a ellos, piensen que pueden estar poniendo en riesgo su salud. Y que conste que yo también amo el olor de los libros y no hago este post para decir algo en contra de ellos o contra los que aman olerlos, lo hago porque creo que es importante que si amamos la lectura seamos conscientes y cuidemos los libros que tenemos, que les procuremos un lugar fresco libre de exceso de humedad, que es uno de los principales problemas de los libros, la humedad ayuda y favorece al crecimiento de los hongos, al igual que el sol directo.
Se trata de cuidarnos y cuidar a esos que son nuestros mejores amigos, los libros. Por eso en un próximo post les compartiré una serie de puntos para cuidar los libros y protegerlos de los hongos, del polvo, de los micro insectos y todo aquello que los daña, incluso nosotros mismos.
Gracias por la información, muchas gracias; O:)
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