El hampa se ocultaba para tender una trampa a sus victimas.
Se levanto y miro a todos, impávida como era caminó con calma y se enfrento a su agresor.
Ambos chicos eran dos elementos del mismo jaez, brutos hasta la médula.
Tomo su kepí, se la puso y se despidió, prometió volver tras la guerra.
Comenzaron la búsqueda por el llavín, era imperativo encontrarle o no podrían abrir el pequeño cofre.
Su misantropía era enorme, se mantenía encerrado en su casa para no ver a nadie.
Sus reclamos le parecían una nimiedad pero la dejo continuar.
Me encanta esto, ¿las conocían?.
¡Que sección más interesante! No conocía una que otra palabra de las que pones pero ahora gracias a ti tengo más en mi repertorio :D Saludos!
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