Jacques se arrastró por el suelo para estar con Shea, consiguió sentarse contra la pared en un intento de protegerla con su cuerpo. Shea olió a sangre fresca y se dio cuenta de que la sangre de Jacques le había manchado el brazo y el costado. Miró a su alrededor mareada y confusa, antes de darse cuenta de lo que estaba sucediendo.
-¡Jacques! -En cuestión de segundos estaba junto a él, presionando con fuerza la herida, olvidándose de todo salvo de su necesidad de salvarle.
- Tenéis tres opciones -dijo a los intrusos por encima de su hombro-. Matarnos a los dos y acabar con todo esto, dejarnos en paz o ayudarme a salvarle. -Sólo obtuvo silencio por respuesta-. ¡Diablos! ¡Elegid ya! -Su voz era ronca debida al estrangulamiento, pero sin duda la de una profesional.
Mihail saltó a ayudarla. Jacques lo percibió como un ataque, tiró a Shea hacia atrás y rugiendo como un animal salvaje, se puso delante para protegerla.
-¡Atrás! -Gritó Shea a Mihail. Se fusionó por completo con Jacques. Su corazón latía tan fuerte que tenía miedo de que estallara. Sólo había una nube de violencia, una furia asesina que le impedía conectar con él.
Mihail se disolvió al instante, volviendo a aparecer más lejos.
-Jacques deja que te ayude. -Le suplicó Shea dulcemente, intentando conectar con su mente para tranquilizarle.
Le gruñó enseñándole los colmillos, una clara advertencia para que se pusiera detrás de él.
-Se ha transformado, Mihail -murmuró Byron-. Es peligroso hasta para la mujer. No podemos arriesgarnos a perderla.
Shea pasaba de ellos, le susurraba tonterías tranquilizadoras mentalmente intentando por todos los medios devolverle a la realidad. De nuevo sus manos se pusieron sobre su herida.
-No van a hacerme daño salvaje. Se alejarán de nosotros. Por favor deja que te ayude o no tendré quien me proteja de ellos, me quedaré sola. -Se negaba a abandonarlo con su herida o son su locura. Los extraños podían matarles, pero jamás permitiría que sus heridas o su locura la vencieran. Temía por él y le temía a él, pero jamás le abandonaría.
-¿Qué necesitas? -le preguntó Mihail suavemente.
-Mi bandeja de instrumental médico -respondió sin mirarle, sin tan siquiera girar la cabeza. Toda su energía se concentraba en calmar a Jacques.
-Tu cirugía es ancestral. Llamaré a nuestro sanador. -Inmediatamente envió un mandato imperial.
-Para entonces estará muerto. ¡Maldita sea!, salid de aquí si o vas a ayudarme -dijo Shea furiosa-. No puedo luchar contra ustedes y no voy a dejarle morir por que no te gusten mis métodos.
Con precaución para no despertar de nuevo la ira de Jacques, Mihail le lacanzó la bandeja arrastrándola por el suelo. La deslizó hasta unos pocos centímetros de la mano de Shea.
Jacques no apartó en ningún momento su mirada de los dos hombres, mirándoles con odio y con la oscura promesa de vengarse. Cuando Shea se movió, él reflejaba sus movimientos como si supiera de antemano lo que iba a hacer, de modo que su fenomenal cuerpo se movía para protegerla de los otros aun que la aplastara contra la pared.
Encuentro de Jacques y Shea con Mihail y Byron. Capitulo 6
El Deseo Oscuro de Christine Feehan.
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